Dénia ultima los preparativos en la Marineta Cassiana para abrir este fin de semana una nueva edición del DNA Festival Gastronómico, un escaparate mediterráneo que la ciudad vincula a su condición de Ciudad Creativa de la Gastronomía de la UNESCO, reconocimiento del que se cumplen diez años. El alcalde, Vicent Grimalt, subraya que el DNA trasciende lo local para proyectar a toda la Marina Alta “como un lugar donde comer, probar y beber en un entorno privilegiado”, con el castillo al fondo y el paseo marítimo como pasarela culinaria.
En la edición conmemorativa del décimo aniversario, el consistorio abrió la invitación a ciudades creativas de los cinco continentes. La respuesta superó con creces las previsiones: “pusimos un tope de cinco y se apuntaron cincuenta; hubo que seleccionar”, explicó Grimalt, que destacó la relación especial con Parma —ciudad con la que Dénia mantiene un intercambio continuo— y el vínculo entre patrimonio, cultura y gastronomía.
El regidor incidió en la dimensión comarcal del proyecto: cocineros de Xàbia, Pego o Pedreguer, embutidos tradicionales, arroces de Pego, vinos de Benissa y Xaló y productos de temporada como el pulpo seco forman parte de la “despensa” sobre la que Dénia levanta su relato culinario. “Nuestra obligación es hacer comarca y dar participación a todos”, defendió.
Grimalt recordó que el origen del D*NA fue “una alineación” entre el chef Quique Dacosta, el entonces responsable autonómico de Turismo y el propio ayuntamiento, y que desde entonces el festival suma ya ocho ediciones, con la implicación de cocineros invitados —incluidos estrellas Michelin—, talleres y espacios de degustación.
A pie de montaje, el alcalde aseguró que el dispositivo municipal está listo y que la prioridad es que el público “disfrute del paseo y de la experiencia”, con un ambiente templado propio de finales de septiembre y la pinada de la playa amortiguando el sol. “Yo también hago cola y pago como uno más”, bromeó, reivindicando el carácter popular del evento.
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